Don’t fight the FED

Las frases que han marcado el inicio de este año 2023 podrían haber sido “hemos visto ya el suelo de mercado”, “¿cuándo comenzará la crisis?”, “habrá soft landing” o “¿por qué la bolsa sigue tan optimista cuando la macro está sufriendo?”. Es decir, nadie sabe nada.

Yo personalmente me quedo con una frase que todos conoceréis “Don´t fight the Fed”.

Durante estos meses no he subido nada al blog ya que he cambiado de entidad, me he tenido que readaptar al nuevo ambiente de trabajo, y sinceramente, mi visión sigue siendo la misma. Seguimos invertidos en China, apoyándome principalmente en la reapertura, el alivio en las restricciones a ciertos sectores y a unas valoraciones mucho más atractivas que en el resto del mundo. La bolsa en EEUU sigue, en mi opinión, sobrevalorada por el crecimiento que hemos visto estos últimos años fruto de un estímulo monetario excesivo. Si bien es cierto que no se aplica a todas las empresas, todavía considero que no hemos visto el suelo de mercado ni la corrección en las previsiones de beneficios futuros de muchas empresas. Europa… Sí que es cierto que ha tenido un golpe importante a raíz de la crisis energética, y ahora con el sector bancario, pero ha recuperado con fuerza y tampoco es el lugar en el que más cómodo me sienta invertido.

Por otro lado, debemos hablar sobre la caída de los bancos. Por una parte, vemos que la FED está dispuesta a parchear todo lo que pueda para intentar evitar otra crisis financiera. Mucha gente habla de que está realizando una política de QE encubierta con las subidas de tipos. En mi opinión, la masa monetaria sigue restringiéndose y, algo que también influirá es la reticencia de los bancos a seguir concediendo ciertos riesgos por el miedo a un repunte en las tasas de morosidad, o a lo que hemos visto durante los últimos días, una huida de capital ya sea por miedo o por el traspaso de los depósitos a las letras del tesoro (ya que comienzan a ofrecer una rentabilidad interesante y muy superior a la gran mayoría de entidades). Este endurecimiento del crédito debería ralentizar todavía más la economía.

Aquí podemos pensar de dos formas. Por un lado, si somos positivos podemos pensar que no se va a repetir una crisis financiera porque las regulaciones, tras la vivida en 2008, pueden haber impedido a las entidades volver a una avaricia descontrolada. Actualmente tenemos mayoritariamente hipotecas a tipo fijo, financiando un 80% del valor de la propiedad y con unos requerimientos mucho más exigentes. Las ratios de liquidez no muestran problemas. En principio si vemos el balance de los bancos europeos no deberíamos echarnos las manos a la cabeza. Digo en principio porque el sistema bancario se basa en la confianza. Si todos retirásemos nuestros ahorros, no existiría tal cantidad de dinero para entregarnos ese capital. El problema, por tanto, puede venir dado de un miedo que lleve a los inversores a una huida de capital.

 ¿Cómo es el balance de los BANCOS?

Imagen sacada de la web del BBVA

Pasivo y Patrimonio Neto

Por un lado, el banco se financia con capital (aportaciones de los socios y resultados de años anteriores, reservas fundamentalmente), depósitos de sus clientes, emisión de deuda y las facilidades de crédito del BCE, lo que entenderemos mejor como si fuese una póliza de crédito que tiene el banco y que es la cantidad potencial de dinero de la que puede disponer.

Activo

Por otro lado tenemos el activo, principalmente formado por el dinero prestado (hipotecas, créditos, etc), liquidez, facilidades de depósito (aquí teníamos durante estos últimos años una situación curiosa, los bancos podían pedir prestado al banco central cobrando el 1% y depositar el capital sobrante pagando el 0’5%, a cambio de no bajar sus préstamos a empresas) e instrumentos financieros (con el dinero que no se presta, opera con diferentes derivados, mercados de renta fija, etc) con lo que consiguen el llamado ROF (el resultado de las operaciones financieras).

Esta última pata de los activos es la que ha creado controversia. En el caso de SVB, había invertido en activos de renta fija, al verse obligado a tener que vender estas antes de vencimiento, ha tenido que realizar las pérdidas latentes (esta clase de activos varían su precio en el mercado secundario a lo largo de su vida, pero si se mantienen a vencimiento se recupera el 100% de la inversión y la prima pactada (el tipo de interés)). En resumen, al sufrir retiradas masivas de capital, el banco no ha podido soportarlo y ha tenido que ser liquidado, con la salvedad que el gobierno ha intervenido para salvar a sus depositantes (mayoritariamente empresas con más de $250.000). Por otro lado, con Credit Suisse lo que ha ocurrido es que se ha producido su venta a UBS, con lo que los accionistas no han perdido todo su capital, mientras que los tenedores de los famosos CoCos si lo han hecho. Esto ha provocado miedo en los inversores ya que al menos en Europa, la prelación de cobro sitúa a los tenedores de bonos por delante de los accionistas. Este producto es una obligación (un bono) convertible en acciones cuando el capital cae por debajo de un nivel determinado, y contingente ya que tiene este «trigger point» a partir del cual son convertidas.

Una particularidad del dinero que presta el banco es que un porcentaje de este dinero tiene que provenir de fondos propios. A mayor porcentaje de fondos propios sobre el pasivo prestado, menor riesgo a que los depositantes o el resto de los acreedores (bonistas, por ejemplo) pierdan su dinero. Durante estas últimas semanas, se ha hablado mucho de esta ratio. Si el banco muestra una ratio del 15% quiere decir que el 15% del capital prestado procede de fondos propios.

Otra particularidad, los fondos de inversión, capital riesgo, letras del tesoro, etc. se encuentran fuera de balance, es decir, ese pasivo el banco no puede prestárselo a sus clientes. Si el banco quiebra, los fondos podrás traspasarlos a otra entidad. Es por esto que si tienes miedo a que esto pase, una opción que se suele seguir es meter la liquidez en un fondo monetario, por ejemplo.

El problema ha sido la rápida subida de tipos de interés. Los bancos que tuviesen posiciones en renta fija tienen pérdidas latentes en sus activos por la desvalorización en precio (y revalorización en rentabilidad) que han sufrido estos productos. Además, todavía no se remunera a los clientes al mismo tipo de interés que las letras del tesoro, lo que hace que mucha gente saque del balance su dinero para llevarlo a letras. Si juntamos ambas patas, vemos como se pierden depósitos (pasivo) a la vez que se reduce su activo (tanto la tesorería por las retiradas como el valor de sus instrumentos financieros, ya sea por la desvalorización de la renta fija como de ciertos derivados en el caso de algunas entidades).

Esto de por si no tendría por qué ser un problema, ya que los balances de los bancos europeos están mucho más sólidos que en el año 2008, pero aquí debemos hacer énfasis en que el sector se basa en la confianza de sus depositantes. Tan pronto como un banco pierde su credibilidad, la retirada masiva de fondos puede llevarlo a la quiebra.

Como siempre, recordar que no se trata de ninguna recomendación de compra o venta, tan solo mi opinión personal.

Seguimos con un ojo puesto en los mercados. Mucha suerte con vuestras inversiones y gracias por pasaros por el blog.

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